Los personajes bíblicos son los que aparecen en los relatos de los libros y las epístolas que conforman el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia. Por supuesto, cuando pensamos en las personas que se nombran en el sagrado libro del cristianismo, todos pensamos en Jesús, los apóstoles, Moisés, David, Juan el Bautista, Adán y otros que se mencionan mucho y tuvieron una gran trascendencia y legado. Sin embargo, hay muchos otros que, a pesar de que no se mencionan con frecuencia, también formaron parte de esa gran historia que nos narra la Biblia que no es más que la viva Palabra de Dios.
En realidad, esta no es una pregunta tan fácil de responder, ya que no existe consenso acerca de un número exacto. Esto se debe a que hay varios personajes cuya identidad no está bien clara y pudiéramos estar hablando de la misma persona, aunque tengan distintos nombres en dependencia del autor del libro o la epístola. Además, hay otros, cuyo número no es menor, que solo se refieren a ellos como <<hombre>> o <<mujer>>, ¿deberían contarse también como personajes? Esta es una buena pregunta. En mi opinión sí. No obstante, parece haber un consenso en que la cifra de personajes bíblicos sobrepasa los tres mil y hay una cifra que parece ser bastante aceptada de 3272 personajes en total (The Biographical Bible 2nd Edition). Sin embargo, menos de dos mil se mencionan por su nombre.
En la Biblia, aunque el número de mujeres es bastante pequeño, la mayoría de las cifras indican que menos de 200, si tenemos en cuenta las que se mencionan por su nombre. Es un número pequeño, comparado con el de los hombres. Sin embargo, hay mujeres en la Biblia de gran importancia tales como la Virgen María, madre de Jesús; Rut y Ester ambas autoras de dos de los libros del Antiguo Testamento. Por otro lado, tenemos mujeres que representan la malicia en las Escrituras Sagradas, tales son los casos de Atalía, Jezabel o Mical (la web de las mujeres malas).
Si bien sería extremadamente difícil crear una lista de los principales personajes bíblicos, sería mu necesario hacerlo. Es imposible que todos coincidamos, debido a que en muchos casos estaríamos entrando en temas de subjetividad. Sin embargo, decidimos nombrar a algunos personajes que claramente sobresalen. Por supuesto, no vamos a incluir a Jesús, porque ocupa un lugar cimero e indiscutible como nuestro Salvador e hijo unigénito de nuestro Señor que vino a la tierra a curarnos de nuestros pecados. A continuación, tenemos una lista de 20 de los principales personajes bíblicos en orden alfabético y luego daremos un especial tratamiento a los apóstoles y los diáconos.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mateo 28:19-20).
Está claro que Jesús inicialmente escogió a solo doce para que lo siguieran y luego se convirtieran en los doce apóstoles que todos conocemos. Sin embargo, lo que no queda claro es el número que se añade después a esos doce apóstoles iniciales. Al parecer existe un consenso bien claro en que Matías reemplaza a Judas Iscariote luego de su muerte y que luego también se incorpora Pablo de Tarso. No obstante, si tomamos el término <<apóstol>> con el significado de seguidor de Cristo, el número puede superar los quinientos.
Vamos a ver una muy breve biografía de cada Apóstol. En los artículos de esta categoría podrán encontrar una biografía más completa de cada uno de ellos.
Deberíamos empezar por analizar la etimología de la palabra diácono. Esta proviene del griego diakonos que significa <<por el polvo>>. Luego pasa al latín como diaconus, que significa <<servidor>>. En el Nuevo Testamento, esta palabra se traduce como <<siervo>>, que no es más que una persona que ministra a otra.
En Filipenses, podemos apreciar cómo se establece ya una jerarquía entre los ancianos y los diáconos. Los primero quedan con un cargo de supervisión y de toma de decisiones, mientras que los diáconos toman más bien un cargo de servidor.
En Hechos 6:3, vemos cómo los apóstoles deciden escoger a siete diáconos para que realicen la labor de <<servir a las mesas>> (Hechos 6:2). Seguidamente, se relata el nombre de estos siete diáconos escogidos: (…) y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Próroco, a Nicanor, a Timón, a Parmaneas, y a Nicolás prosélito de Antioquía (Hechos 6:5).
Está claro que, a pesar de que en un inicio se les instituyera con el fin de brindar ayuda material, luego realizarían funciones espirituales tales como la predicación, bautizos y la curación de enfermos. Incluso a uno de ellos, Felipe, se le llamaría el evangelista.
En el cristianismo evangélico, las distintas iglesias eligen a sus diáconos basadas en la veracidad de su fe y en sus cualidades morales. Estos apoyan al pastor en disímiles actividades que pueden incluir temas financieros, de logística y hasta humanitarios.
Más específicamente, en el caso de la Comunión anglicana, los diáconos sirven a las personas necesitadas y pueden contraer matrimonio antes y después de su ordenación. Luego de algún tiempo, pueden ser nombrados sacerdotes y tanto hombres como mujeres pueden ocupar esta responsabilidad.
Estas personas tenían el deber de ayudar a los más necesitados. A pesar de que esto también era un deber de los apóstoles, estos últimos debían enfocarse en predicar la palabra de Dios; por tanto, decidieron elegir a siete diáconos para que los apoyaran en esta noble labor.
En 1 Timoteo 3:8-13, Pablo relata las cualidades que deberían poseer los diáconos:
Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, gana para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
Por las palabras del grandilocuente Pablo, podemos ver que los diáconos debían ser personas con un corazón justo y lleno de fe para Jesucristo. Estos debían cumplir ciertos requisitos para ejercer su profesión. Además, podemos apreciar por estas palabras que a las mujeres se les permitía ser diconisas y tenemos el ejemplo de Febe (Romanos 16:1-2), aunque este es un tema bastante controversial, ya que muchos aseguran que esta profesión no estaba destinada para seguidores del sexo femenino.
A pesar de que los diáconos ejercían una importante función en aquella época, no se habla mucho de ellos en el Nuevo Testamento, lo que hace que no estén muy claras sus funciones. Es por esto que las labores de los diáconos varían mucho según la denominación religiosa a la que sirva. En su libro Preguntas y Respuestas sobre ancianos y diáconos, Benjamin L. Merkle define las funciones de los diáconos:
A continuación, quisiéramos brindar una breve descripción de al menos tres diáconos que son considerados por muchos como los más importantes.
Fue el primer mártir cristiano y se cree que haya sido un judío que vivía en alguna tierra extranjera en la que se hablaba griego. Esto se especula x su nombre, que significa <<corona>> en griego. Con mucha frecuencia predicaba entre los judío helenitas. En Hechos 6:8, destacan sus cualidades para la predicción: <<Y Esteban, lleno de gracia y poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo>>. Primero injuriaron en su contra alegando que había blasfemado en contra de Moisés y Dios. Luego lo sometieron a un juicio con testigos falsos para culparlo. En el preciso momento del juicio, volvió a levantar su palabra e hizo un recuento maravilloso de las vicisitudes del pueblo israelita y de la gracia de Dios con Su pueblo. Los presentes no soportaron la elocuencia de Esteban. Desgraciadamente, la fuerza de su palabra fue la que lo llevó a la muerte. Antes de morir pronunció estas bellas palabras que daban cuenta de su fe: Señor Jesús, recibe mi espíritu (Hechos 7:59).
Decidió comenzar una labor ministerial con los samaritanos, que eran mitad gentil, y donde hizo milagros. Debido a su gran labor en esta región Juan y Pedro se trasladaron allí para impartir el sacramento de la Confirmación. Además, luego de predicarle el Evangelio al eunuco etíope lo bautizó (Hechos 26-38), a pesar de que este no se había convertido al judaísmo anteriormente. Las cuatro hijas vírgenes de Felipe tenían el don de la profecía.
Su nombre viene del griego prochoros y luego del latín prochorus, que significa el que dirige el coro o el que prospera. Era de origen helénico y se asocia con el grupo de los 72 discípulos de Jesús (Lucas 10:1). Posteriormente, es designado como obispo de Nicomedia y mártir de en Antioquía.
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